Sinopsis: Mía tiene diecisiete años, un hermano pequeño de ocho, un padre músico y el don de tocar el chelo como los ángeles. Muy pronto se examinará para entrar en la prestigiosa escuela Julliard, en Nueva York, y, si la admiten, deberá dejarlo todo: su ciudad, su familia, su novio y sus amigas. Aunque el chelo es su pasión, la decisión la inquieta desde hace semanas.
Una mañana de febrero, la ciudad se levanta con un manto de nieve y las escuelas cierran. La joven y su familia aprovechan el asueto inesperado para salir de excursión en coche. Es un día perfecto, están relajados, escuchando música y charlando. Pero en un instante todo cambia. Un terrible accidente deja a Mía malherida en la cama de un hospital. Mientras su cuerpo se debate entre la vida y la muerte, la joven ha de elegir si desea seguir adelante. Y esa decisión es lo único que importa.
Opinión: Me encanta esta historia. Me resulta muy atractiva la idea de decidir entre vivir o morir, en qué escoger cuando alguien se encuentra en ese “limbo” y ha perdido a toda su familia. Es un libro sencillo, pero al mismo tiempo lleno de emociones, que se intensifican en el transcurso de las páginas.
El libro es narrado por Mía, quien cuenta el presente y recuerda escenas pasadas de su vida. Estos recuerdos definen su decisión entre la vida y la muerte, y se puede ver la cercanía con su familia y amigos, todo lo que ha perdido o podría perder, todas las cosas buenas y malas que ha vivido. Considero que este tipo de narración permite reflexionar sobre nuestra propia vida, dándole fuerza a la historia. Los personajes son todos especiales, y en mi opinión, fáciles de querer. Los padres de Mía, sus abuelos, su hermano, Adam, Kim, Henry y Willow: todos son grandes personajes, con un carácter único, un humor y optimismo contagioso.
Con respecto a la narración, la autora se mueve entre el pasado y el presente fácilmente, sin perderse y siendo concreta en los hechos. Por lo que estos continuos saltos temporales no dificultan la lectura, siendo fluidos y ayudando a crear un ritmo ágil en la narración. Con un estilo sencillo, pero muy expresivo, la autora consigue hacer partícipe al lector del gran dilema de la protagonista, implicándole en la vida de Mía de tal manera que puede sentir lo duro de la decisión que tiene que tomar como si fuera propia. Es un libro rápido de leer y con varias reflexiones.
El final me pareció un poco abrupto, y a pesar de que posee una continuación en “Lo que fue de ella”, considero que podría haber sido diferente y mejor aprovechado.
En resumen, la trágica historia de Mía supone una corriente continua de emociones. Es una historia que llega al corazón de quien la lee y que de la cual se puede aprender. Es recomendado para cualquier edad.
Puntaje:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario