Sinopsis: Alfie limpia zapatos en King’s Cross cuando descubre que su padre no está luchando en la gran guerra… sino en un hospital para soldados. Ahora su objetivo será sacarlo de allí y devolverlo a casa.
Al principio, las cartas de su padre eran alegres, pero hacía ya un año y medio de la última, y eso solo podía significar una cosa: había muerto. Pero el número que le habían asignado cuando se alistó no aparecía en las listas de fallecidos que Alfie revisaba cada día. Una mañana, mientras le limpiaba los zapatos a un cliente, descubrió que este era médico y llevaba entre sus papeles un registro de pacientes donde figuraba el número de su padre.
Sorteando todo tipo de obstáculos, Alfie se dirigió al hospital donde se encontraba internado. Al llegar, descubrió que padecía un severo síndrome postraumático, casi no hablaba y ni siquiera lo reconocía. Igualmente, decidió sacarlo de ahí, convencido de que afuera mejoraría, aunque no iba a ser tan sencillo.
Opinión: Este ejemplar llegó a mis manos gracias a la colección “Historias que dejan huellas”, del diario argentino Clarín. Y disfruté mucho de su lectura.
La historia es muy realista. Cuenta cómo eran las vidas cotidianas de familias de hombres que lucharon en la Primera Guerra Mundial. Pero lo más importante es que esta contado desde el punto de vista de Alfie, un niño de nueve años que narra desde su inocencia lo que sucede a su alrededor. Trata varios temas, como la discriminación y el ajuste económico familiar cuando un hombre está en una guerra. Pero se hablan de una manera muy dulce y amena. El final es bello y esperanzador, pero en lo personal me hubiese gustado un poco más de detalles con respecto a la situación médica del padre de Alfie (lo siento, no sé cómo expresarlo sin dar spoiler).
Con respecto a los personajes, Alfie me encantó. Me agradó su inocencia, perspectiva del mundo y ganas de trabajar y ayudar a su familia. Joe Patience es otro personaje que me gustó por sus ideales y su forma de vida. No hay ningún ninguno que haya odiado o no me haya gustado.
La prosa es muy amena y dulce, haciendo que la lectura sea ágil y fluida. Como mencioné, a pesar de ser un narrador omnisciente la historia se cuenta desde el punto de vista de un niño que hace que la historia sea entretenida.
En resumen, es una historia que no posee grandes giros en la historia. Y si bien esperaba que me sorprendiera en algún momento, es un libro muy lindo y rápido para leer. Por lo que lo recomiendo para conocer un poco de la Primera Guerra Mundial y algunas de sus características más generales y básicas.
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