Sinopsis: Alejandro, «El Mono», ha muerto. Su hermano y sus amigos, un grupo de hierro desde la infancia, apenas se dan tiempo para el dolor. Les preocupa Guadalupe, la hija del Mono. Quieren darle todo el amor que sentían por su amigo y asegurarle un futuro. Pero en el banco no quedó un peso. El Mono invirtió todo el dinero que tenía en la compra de un jugador de fútbol, un muchacho que prometía pero se quedó en promesa. Ahora está a préstamo en un club zaparrastroso del Interior. Y los trescientos mil dólares que costó su pase, a punto de evaporarse.
Opinión: Una de las cosas que me gustó de esta obra es que durante su transcurso se produce una ida y vuelta constante con el pasado, donde se conoce al personaje de “El Mono”, que en el presente está muerto. Me resultaron interesantes sus diferentes reflexiones, aunque tal vez alguna de ellas no las comparta.
Por momentos el argumento del libro me resulto lento y aburrido. Sin embargo hay páginas y capítulos que me atraparon mucho, y donde también se puede encontrar humor. “El Ruso” es mi personaje favorito ya que es optimista y cargado de comicidad. Se enfrenta a las adversidades con ilusión, esperanza y ganas de vivir, incapaz de permanecer mucho tiempo sintiéndose mal. Los demás personajes me agradaron pero no me resultaron sorprendentes. Y la novela se caracteriza por la poca presencia de mujeres. Eso no me gustó mucho ya que a pesar de que no haya sido tan necesaria, creo que podría haberse involucrado más personajes femeninos en la historia.
Lo recomiendo, especialmente a los amantes del fútbol, quienes considero que pueden disfrutar más esta historia.
Puntaje:
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